¿Te has preguntado alguna vez si es mejor entrenar online o tener a un entrenador personal que te grite al oído cada vez que no completas una serie? Yo también. Y como entrenador personal, te voy a contar la verdad, con todos sus matices. Porque aquí no estamos para andar con rodeos, sino para decidir qué es lo que mejor se adapta a ti. Vamos a explorar los entrenamientos online y presenciales desde mi experiencia en este mundillo del fitness.
Spoiler: No hay una respuesta perfecta. Pero te prometo que después de leer esto, tendrás una mejor idea de qué modalidad te viene mejor (y quizás alguna que otra sonrisa).
Ventajas de los entrenamientos online: Flexibilidad y ahorro de tiempo
Empezamos por lo que a muchos les encanta de los entrenamientos online: la libertad. A ver, seamos realistas. Vivimos en un mundo donde el tiempo es más escaso que una buena serie en Netflix, y encontrar espacio para ir al gimnasio o quedar con tu entrenador a veces es una misión imposible. Por eso, los entrenamientos online son una bendición para quienes tienen la agenda más apretada que los pantalones después de las vacaciones de Navidad.
Lo bueno de entrenar online es que puedes hacerlo cuando te venga bien. Literalmente, puedes estar en pijama, con la cena al fuego y entrenar en la sala de tu casa. No tienes que estar en un sitio concreto, a una hora concreta. Esto es ideal para los que vivimos con horarios locos, o simplemente no queremos estar pendientes del reloj. Como siempre digo: “yo hago entrenamientos simples para vidas complicadas”. Y es que a veces, la simplicidad es lo más efectivo.
Ah, y lo que muchos preguntan: ¿es más barato? Pues sí, la mayoría de las veces. Si no te metes a contratar al último influencer de moda que te cobra lo que le da la gana solo porque sale mucho en Instagram, puedes ahorrarte una buena pasta. No vas a tener que hipotecar la casa para poder pagar tus entrenos. Pero ojo, que ahí también te puedes encontrar con algún “gurú del fitness” que te vacía la cuenta bancaria en un abrir y cerrar de ojos. Así que, ¡cuidado con los famosos precios “premium” sin justificación!
Beneficios de los entrenamientos presenciales: El valor del feedback inmediato
Ahora bien, no todo es color de rosa con los entrenamientos online. Una de las grandes desventajas es la falta de feedback inmediato. Y créeme, eso puede marcar la diferencia. ¿Cuántas veces te ha pasado que estás haciendo una sentadilla pensando que eres un crack, cuando en realidad parece que estás bailando breakdance con las rodillas? Lo sé, a mí también me pasó alguna vez.
Con los entrenamientos presenciales, tienes a un entrenador que te corrige en el momento, que te dice: “¡Ey, endereza esa espalda!” o “¡Cuidado con las rodillas!” Y ahí es donde se produce la verdadera magia. Tener a alguien que te corrige al instante, que ajusta tu postura y que no deja que te rompas en mil pedazos, es un gran punto a favor. Yo, como entrenador, siempre estoy ahí para mis clientes, ajustando no solo los movimientos, sino también el entrenamiento en sí, en función de cómo veo que se desenvuelven en cada sesión.
Además, en una sesión presencial se da algo muy interesante: la interacción humana real. Puede sonar un poco cursi, pero la conexión que se forma entre el entrenador y el alumno es algo que no se consigue tan fácilmente online. Es más que un “corrige eso”, es conocer realmente a la persona, entender sus límites y sus motivaciones. Ahí es cuando puedes ajustar el entrenamiento a un nivel mucho más personalizado, casi a medida, que es difícil de replicar a distancia.
La importancia de la personalización en los entrenamientos
Y hablando de personalización, esto es algo que vale oro. Ya sea en un entrenamiento online o presencial, la clave del éxito siempre será cómo se adapta el plan a tus necesidades. Y no hablo de esos planes genéricos que encuentras por ahí en internet, que parecen diseñados para todo el mundo y para nadie al mismo tiempo. No, me refiero a planes personalizados, ajustados a tu cuerpo, tus metas y tu estilo de vida.
Con mi método de entrenamiento EMA (Entrenamiento Metabólico Adaptativo), por ejemplo, se trata de crear rutinas que evolucionan contigo, que se adaptan a tus progresos y a lo que necesitas en cada momento. No es lo mismo alguien que quiere perder peso rápido que alguien que busca mejorar su rendimiento en un maratón. Y esa capacidad de adaptación es vital. Lo bueno de entrenar online es que puedes acceder a estos planes personalizados y ejecutarlos cuando te venga mejor. Lo malo es que, de nuevo, no tienes ese feedback inmediato para corregir ciertos errores que podrían estar ralentizando tu progreso.
Aquí es donde los entrenamientos presenciales ganan puntos. Como entrenador, puedo ver lo que estás haciendo mal y cambiar la estrategia al instante. Y ahí es donde las cosas mejoran de manera exponencial.
Costos y accesibilidad: ¿Es realmente más económico entrenar online?
Volvamos al tema del dinero, que siempre es importante. Sí, lo online suele ser más barato. No hay que pagar por la infraestructura del gimnasio ni por el desplazamiento del entrenador, lo que reduce bastante los costos. Pero, como dije antes, ten cuidado con esos entrenadores online de renombre que te cobran lo que les apetece. Algunos precios están inflados sin razón aparente, solo porque tienen muchos seguidores o porque su cara sale en los anuncios.
En el caso de los entrenamientos presenciales, el precio suele ser más elevado, pero pagas por el contacto humano, las correcciones y el seguimiento personalizado que recibes al momento. Ahora, en mi experiencia personal, muchos no sacan el máximo provecho a esto. Muchos clientes pagan por un entrenador personal para que les acompañe al gimnasio, casi como si fueran un “gym bro” que te anima y te ayuda a mover las pesas. Esto es un error tremendo. Si pagas a un profesional, hazlo para que te evalue, te guíe y ajuste tu técnica. Un entrenador no es un compañero de entreno, es alguien que te ayuda a mejorar.
Si yo contratara a un entrenador personal, no lo tendría conmigo cada día, lo vería de vez en cuando para ajustar mi plan de acción, evaluar mis progresos y discutir la estrategia para las próximas semanas. Así es como deberías usar a un entrenador, ya sea online o presencial.
Entrenadores online de moda: ¿Justifican su precio?
Aquí llegamos a un tema espinoso: los entrenadores de moda. ¿Justifican el precio que piden? Bueno, algunos sí y otros no. Hay gente muy válida que ofrece planes online realmente efectivos, pero también hay mucho humo en este mercado. Esos entrenadores que te prometen un six-pack en dos semanas por 300 euros suelen ser el equivalente fitness de un vendedor de crecepelo.
La verdad es que si te vas a decantar por un entrenador online, busca a alguien con buenas referencias, con un plan de entrenamiento que se adapte a ti y no a su marca personal. Como entrenador, siempre busco la mejor relación calidad-precio para mis clientes, y eso debería ser una prioridad también para ti cuando busques ayuda online.
Mi experiencia como entrenador: Cómo aprovechar al máximo ambas modalidades
Habiendo entrenado a gente de ambas formas, puedo decirte que cada modalidad tiene sus ventajas y lo que mejor te va depende de tu situación. Por ejemplo, si tienes un horario de trabajo loco y apenas tienes tiempo para respirar, los entrenamientos online son ideales para ti. Puedes entrenar cuando quieras, sin presión de horarios, y seguir avanzando a tu ritmo. Sin embargo, si eres alguien que necesita esa corrección en tiempo real, o simplemente disfrutas de la interacción humana, el presencial es tu opción.
Pero recuerda: el entrenador personal no está ahí solo para sujetar las pesas. Está para guiarte, corregirte y diseñar un plan que realmente funcione para ti. En mi opinión, lo ideal es una mezcla de ambos mundos: sigue un entrenamiento online, pero usa a tu entrenador personal como un consultor, alguien que te evalúa y ajusta tu plan cada cierto tiempo.
Conclusión: ¿Cuál modalidad es mejor para ti?
Y llegamos al final. ¿Qué modalidad es mejor? Pues depende de lo que busques. Si quieres ahorrar tiempo y dinero, y te sientes cómodo entrenando por tu cuenta, lo online es la mejor opción. Pero si valoras la interacción, el feedback en tiempo real y el ajuste milimétrico de tu plan, entonces el presencial es tu mejor apuesta.
Al final, lo importante es que te muevas, que disfrutes el proceso y que encuentres una modalidad que funcione para ti. Y si alguna vez necesitas ayuda, ya sabes dónde encontrarme. Porque al final del día, lo más importante no es dónde o cómo entrenes, sino que lo hagas bien y lo disfrutes.
Un saludo y felices agujetas.